Lehi envía a sus hijos a Jerusalén para obtener los sagrados anales. Milagrosamente tienen éxito a pesar de los desafíos y conflictos internos. Como resultado de un sueño, Lehi envía a sus hijos otra vez a Jerusalén a obtener los sagrados anales sobre las planchas de bronce de manos del malvado líder religioso y militar llamado Labán. Labán se rehúsa a darles los anales y roba la riqueza de Lehi cuando Lamán intenta usarla para comprar las planchas. Lamán y Lemuel se rebelan y golpean a sus hermanos menores, hasta que un ángel se aparece y los salva. Nefi milagrosamente obtiene la posesión de las planchas al seguir la guía del Espíritu Santo. Lehi y Saríah están agradecidos y encantados cuando sus hijos vuelven con las planchas y Lehi inmediatamente comienza a estudiar su contenido.
Basado en 1 Nefi 3–5.
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