Así como el corredor, nosotros en la tierra debemos afrontar nuestras propias grandes aventuras, al atravesar una serie aparentemente interminable de picos y valles de la vida, en nuestro trayecto de regreso a Dios. Pero al hacerlo y al atravesar las pruebas y los obstáculos más oscuros, adquirimos perspectiva sobre por qué estamos aquí y cómo al final lograr el éxito.
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