“¿Por qué a mi?”, una pregunta común cuando pasamos por dificultades. Al tratar de lidiar con la muerte de su hermana, Debora aprendió que las pruebas no vienen a causa de la obediencia o la desobediencia. Éstas son parte de la vida y durante ellas, la gracia de Cristo puede calmar las peores tempestades; inclusive, calmar la desesperación por la pérdida de un familiar.
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