1 Y sucedió que mandó a la multitud y también a sus discípulos que dejasen de orar; y les mandó que no cesaran de orar en sus corazones.
2 Y les mandó que se levantaran y se pusieran de pie. Y se levantaron y se pusieron de pie.
3 Y sucedió que partió pan de nuevo y lo bendijo, y dio de comer a los discípulos.
4 Y cuando hubieron comido, les mandó que partieran pan, y dieran a la multitud;
5 y cuando hubieron dado a la multitud, les dio también vino para que bebiesen, y les mandó que dieran a la multitud.
6 Ahora bien, ni los discípulos ni la multitud habían llevado pan ni vino;
7 pero verdaderamente les dio de comer pan y de beber vino también.
8 Y les dijo: El que come de este pan, come de mi cuerpo para su alma; y el que bebe de este vino, bebe de mi sangre para su alma; y su alma nunca tendrá hambre ni sed, sino que será llena.
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