35 Y ahora voy al Padre, porque conviene que vaya al Padre por el bien de vosotros.
36 Y aconteció que cuando Jesús hubo dado fin a estas palabras, tocó con la mano a los discípulos que había elegido, uno por uno, hasta que los hubo tocado a todos, y les hablaba a medida que los tocaba.
37 Y la multitud no oyó las palabras que él habló; por tanto, no dio testimonio; pero los discípulos dieron testimonio de que les dio el poder para conferir el Espíritu Santo. Y más adelante os mostraré que este testimonio es verdadero.
38 Y sucedió que cuando Jesús los hubo tocado a todos, llegó una nube y cubrió a la multitud, de modo que no veían a Jesús.
39 Y mientras los cubría, él partió de entre ellos y ascendió al cielo. Y los discípulos vieron y dieron testimonio de que ascendió de nuevo al cielo.
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