4 Y sucedió que por la mañana, cuando la multitud se hallaba reunida, he aquí, Nefi y su hermano, a quien él había levantado de entre los muertos, y cuyo nombre era Timoteo, como también su hijo, cuyo nombre era Jonás, y también Matoni, y Matoníah, su hermano, y Kumen, y Kumenoni, y Jeremías, y Shemnón, y Jonás, y Sedequías, e Isaías —y estos eran los nombres de los discípulos que Jesús había escogido— y aconteció que avanzaron y se colocaron en medio de la multitud.
5 Y he aquí, tan grande era la multitud, que hicieron que se dividiese en doce grupos.
6 Y los doce instruyeron a la multitud; y he aquí, hicieron que la multitud se arrodillase en el suelo y orase al Padre en el nombre de Jesús.
7 Y los discípulos oraron también al Padre en el nombre de Jesús. Y aconteció que se levantaron y ministraron al pueblo.
8 Y cuando hubieron ministrado las mismas palabras que Jesús había hablado, sin variar en nada las palabras que Jesús había hablado, he aquí, se arrodillaron de nuevo y oraron al Padre en el nombre de Jesús.
9 Y oraron por lo que más deseaban; y su deseo era que les fuese dado el Espíritu Santo.
10 Y cuando hubieron orado de este modo, descendieron a la orilla del agua, y los siguió la multitud.
11 Y sucedió que Nefi entró en el agua, y fue bautizado.
12 Y salió del agua y empezó a bautizar; y bautizó a todos aquellos a quienes Jesús había escogido;
13 y aconteció que cuando todos fueron bautizados, y hubieron salido del agua, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y fueron llenos del Espíritu Santo y de fuego.
14 Y he aquí, fueron envueltos cual si fuera por fuego; y descendió del cielo, y la multitud lo vio y dio testimonio; y descendieron ángeles del cielo, y les ministraron.
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