Uno por uno, esos discípulos se acercan y Jesús les muestra el modo en que, aquellos que crean en Él, deben entrar en el agua y ser bautizados. Jesús también recita la oración bautismal que debe pronunciarse en el bautismo.
Jesús declara Su doctrina y pone a un niño ante ellos. Enseña a los de la multitud que deben arrepentirse, creer en Él, llegar a ser como un niño pequeño y ser bautizados en Su nombre.
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